Shrek Para Siempre

¡Buenas mis queridos cinéfilos!

Hace un buen tiempo que no teníamos estrenos interesantes, por eso cuando llego Shrek 4, fui al cine sin pensar dos veces.

Si bien fui a verla un poco reacia y sin muchas expectativas, se podría decir que salí satisfecha. Y es allí donde entra la pregunta: ¿es bueno salir SOLO satisfecha? Para mí, una película debe transmitir un “no sé qué”, ya sea bueno o malo pero un “no sé qué” que haga que te quedes pensando en ella esa noche después de haberla visto.

Esta es una técnica que utilizo para saber si una película realmente causo o no un impacto significativo en mi persona, ya sea positivo o negativo, pero impacto al fin y al cabo. Shrek fue uno más de los miles de casos que no lo hizo. Es una peli “recursera” como me gusta llamar a las pelis que me hacen reír pero que a los 5 minutos de haber salido de la sala ya estoy pensando en que combo de hamburguesa voy a pedir.

 

Trailer Shrek 4 "Shrek Para Siempre"



¿Me divirtió? Sí… ¿me reí? por supuesto que sí… ¿Qué falto? ese “no sé qué” que brilló por su ausencia.

Si nos ponemos a pensar, los creadores de esta historia realmente le dieron en el clavo cuando nos trajeron a un héroe verde, feo y malhumorado que vive en un apestoso pantano… ¡simplemente brillante! El anti-héroe que estábamos buscando ya hace un buen tiempo llego con una barriga gigantesca y causo furor con sus chistes para adultos y un cuento de hadas tan poco convencional.

Y como ya había expresado en una ocasión, me aferro a la hipótesis de que cuando surge un nuevo personaje, ya sea lindo, feo, gris o verde, siempre que sea exitoso en la taquilla yankee por supuesto, sus felices creadores cometen el error de tomarlo por el cuello y estirarlo de todas las maneras posibles exprimiendo el jugo que a muchas veces no tiene… y de paso saturarnos a los fanáticos con continuaciones que nos pudren.
Esto es lo que pasó con Shrek. La primera fue fantástica, la segunda no tan fantástica y la tercera simplemente un verdadero fiasco.

Y ahora… una cuarta? Una jugada peligrosa.
Lo más evidente es que en esta última entrega Shrek vuelve para redimirse de su última aparición en la cual le fue para el carajo. Vuelve con los mismos chistes, con los mismos personajes que fueron alterados de la manera más original posible para captar nuestra ya cansada atención, vuelve para despedirse y ponerle el moño que tanto necesitaba.

Debo hacer notar que pusieron a prueba la paciencia y el fanatismo de los espectadores, arriesgando mucho, pero al fin y al cabo logrando retirar al verde como se debe, sacándonos el amargo sabor que teníamos.

Disfrutable sin lugar a dudas con una trama relativamente buena, especial para una noche de desestress en la cual no necesites usar mucho tu cerebro y reírte al pedo con el gran ganador de la noche: un excesivamente obeso e hilarante gato con botas, ídolo que se robó la película.

 

 

Nota final: Gerente de Dreamworks si por cosas de la vida, usted entiende español y está leyendo esto, es mi deber avisarle que el público no desea una quinta sorpresa, muchas gracias y hasta la próxima!

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Ultima actualización - Lunes 26 de Septiembre de 2011